El verano llegó, y la diversión en verano normalmente incluye tiempo en el agua. Cuando se trata de actividades acuáticas es importante mantener algunas precauciones en mente
Cuando mi hijo tenía un año, estaba jugando en una pequeña piscina en una fiesta de cumpleaños. De un momento a otro a comenzó como toser después de tragar algo de agua, por lo que un padre amigo comenzó a ayudarlo, contando sus tosidos antes y después (pensé en ese momento que estaba exagerando). Fue sino un año después, cuando un experto nos explicó acerca de “ahogarse en seco” y sus consecuencias, situación que nos hizo tomar alerta de circunstancia.
Desde ese momento, especialmente porque en Chile el acceso al agua es muy común, he sido cuidadosa y seguido las recomendaciones de los expertos cuando se trata del agua. Lo más importante, que los sabidos en el tema recomiendan, es nunca dejar a tu hijo solo en el agua. Los expertos recomiendan que los niños menores de 6 o no tan experimentados nadadores, siempre deberían tener un adulto entrenado RCP, en caso de que alguna desgracia pasase.
Ver acá información básica de RCP en caso de emergencia.
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¿Qué hacer contra las corrientes de agua?
Cuando tus hijos estén nadando en aguas abiertas (lagos o mar), es importante enseñarles los peligros que implica, y asegurarse de que están al tanto de qué hacer, en caso de que una corriente los atrape. Si una corriente lo atrapa, tu hijo debería saber nadar en paralelo a la orilla, hasta que este a salvo de la corriente y pueda salirse sin problema.
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Siempre estar protegido
El verano es tiempo de deportes de agua, entonces es importante siempre vestir salvavidas que cumplan las medidas de seguridad adecuadas para proteger a los pequeños (en especial en viajes en bote), y estar seguro de utilizar un bloqueador adecuado, ya que la reflexión del agua amplifica el efecto de los rayos solares.
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Un ahogamiento poco conocido
Ahogamiento es una de las causas principales de muertes en menores a nivel nacional, más de 200 niños mueren todos los años por esta razón. Por esto es siempre importante estar atentos de los niños en bañeras, piscinas, baños e incluso baldes (créelo o no, pero igual es un riesgo).
El ahogamiento “seco” o “secundario”, es un riesgo no muy conocido pero capaz de causar muchos problemas en los pequeños, principalmente porque la mayoría de los padres piensa que una vez el niño ha salido del agua, no existe ningún riesgo (lo que total hace sentido). Pero no es así, y por eso la mayoría de los expertos recomiendan tomar atención a los siguientes síntomas que puede presentar tu hijo al salir del agua.
Primero explicar que el ahogo seco sucede cuando los niños tragan agua, y ésta bloquea su laringe, provocándoles dificultades para respirar. Mientras que el ahogo secundario es similar pero cuando un niño respira agua, la que luego se estanca en los pulmones y causa una condición conocida como edema pulmonar.
Los síntomas son notorios, teniendo los niños problemas para respirar y sofocándose eventualmente sin razón aparente. Es importante que si después de jugar en el agua, tu hijo (además de los síntomas), continúa actuando somnoliento o letárgico, consultar a un doctor para asegurarse de que no es un problema mayor en sus pulmones.
El verano es una época para disfrutar y relajarse, por lo que es importante tomar las precauciones para evitar accidentes.
¡Relájense estas vacaciones!
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